Inmediaciones de la
planta de Energía Zhurong
Isla de Flamia
Corriendo revisión inicial…
Estado de servomotores… Ok.
Estado de blindaje… Ok.
Revisión de articulaciones mecanizadas… Ok.
Sistema de Comunicaciones… Ok.
Munición… Ok.
Las luces en su
indicador visual estaban en verde, el estado de cada una de las partes de su
servo- armadura se encontraba en perfectas condiciones. Todo en orden, pensó el Teniente Juan Serrano. La misión no era para nada sencilla, por eso la
necesidad de verificar el estado de su servoarmadura dos veces, tenían que
tomar control de la planta de energía de Zhurong. Y mantenerla bajo control
nómada todo el tiempo necesario para que el grupo de hackers de Tunguska
pudieran extraer la mayor cantidad de información posible a través de los
servidores instalados en la planta. Todo esto con el único objetivo de permitir
una infiltración a gran escala sobre la zona en los próximos días.
―A tu señal, español―
dijo a través de la radio.
―En posición, ―se
escuchó a través de la radio con el típico acento español que caracterizaba al
Matador―podéis comenzar con el despliegue, les tengo cubierto el culo.
Ignacio López, alias
“El Matador”, era un miembro reciente en el escuadrón de Intruders, unidades
comando de alto nivel de las fuerzas militares nómadas. Sus aptitudes con el
rifle de francotirador mientras era tan solo un alguacil, le valieron la
oportunidad de tomar una de las pruebas para ascender a este exigente comando
corregidoreño.
Bajo la cobertura de la
noche las fuerzas a cargo del Teniente Juan Serrano comenzaron a infiltrarse en
las instalaciones de la planta de energía. Dos Bandidos y un Moran eran parte
de la avanzadilla de las fuerzas de Corregidor quienes al recibir luz verde por
parte del Teniente comenzaron su infiltración en lo más profundo de las
instalaciones de la planta. Dos despistados guardias del acceso oeste fueron
despachados con brevedad y en silencio.
―Quiero que vayan por
el centro, ¿Entendido Ferras?
―Tranquilo Serrano,
ningún chino que se nos cruce se va con vida ―contestó el líder del escuadrón
Jaguar―. Sin espectáculos, por supuesto.
―Chayna, se acerca un
grupo de patrulla a mis tres, cambio.
―Tengo confirmación
visual ―contestó Chayna, el infiltrador Moran que iba por delante de los
bandidos―, al parecer tenemos un grupo enemigo a punto de entrar a mi zona de
control―. Tras una breve pausa prosiguió― ¿Puedes darme confirmación visual,
Matador?
―Tengo línea de tiro,
en cuanto crucen los contenedores puedo abatir al primero.
Por unos instantes,
pareció que un gran silencio había devorado a todo el equipo, nadie pronunció
ni una palabra. La señal era buena por lo que no se escuchaba ni estática. El
equipo de infiltración solo esperaba la señal de Juan para comenzar la
operación.
―Bueno Matador, creo
que ya podemos perder el factor sorpresa ―anunció Juan Serrano, tras una breve
pausa, ordenó la ejecución del ataque―, fuego a discreción.
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